La vitamina D es un nutriente esencial cuya deficiencia se ha asociado con un mayor riesgo de aparición de diversas enfermedades crónicas como la osteoporosis, la hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, la diabetes, algunos tipos de cáncer y el sobrepeso y obesidad. a nivel del sistema nervioso los estudios han encontrado relación con la aparición de Alzheimer y esquizofrenia; a nivel del aparato respiratorio se ha encontrado correlación con el padecimiento de asma, a nivel muscular el déficit de vitamina D se ha asociado con debilidad y dolores musculares.
En enfermedades autoinmunes, como artritis reumatoide, enfermedad de Crohn y esclerosis múltiple e hipotiroidismo de Hashimoto, se encuentran en muchas ocasiones déficit de vitamina D.
La vitamina D influye en la salud mental porque es clave para regular neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, y para el funcionamiento neuronal. Niveles bajos de esta vitamina se asocian con un mayor riesgo de depresión, ansiedad, fatiga, dificultades de atención y concentración, mientras que mantener niveles óptimos puede mejorar el bienestar emocional y ayudar a prevenir síntomas.
Aunque la vitamina D puede sintetizarse a nivel cutáneo a partir de la exposición a la luz solar, esta fuente no es siempre suficiente para cubrir las necesidades debido al uso de cremas de protección solar y a la baja exposición que se produce durante el invierno.
Los estudios han constatado que al menos la mitad de la población española presenta déficit de vitamina D. Por ello, el aporte dietético es fundamental.
En una revisión realizada a nivel mundial, se observó que el 88% de la población estudiada tenía niveles de vitamina D por debajo del nivel de suficiencia.
La vitamina D cumple función de protección celular, así media en el estrés oxidativo, la peroxidación de lípidos y la función respiratoria mitocondrial, y por lo tanto en el proceso de envejecimiento y el daño en el ADN.
Participa en más de 25.000 procesos celulares, en la transcripción de genes, y la epigenética.
La vitamina D participa en la modulación del apetito y la quema de grasa eficiente.
Si presentas un gran sentimiento de tristeza, pérdida de interés o placer en muchas áreas de tu vida, alteraciones en el sueño o en el apetito, falta de concentración de manera que interfiere de forma notable en tu estado de ánimo y autocuidado o tienes una enfermedad crónica busca ayuda psicológica y nutricional.

